"LORD VADER, ¿PUEDES OIRME? -SÍ, MI SEÑOR"

"LA VENGANZA DE LOS SITH"

Desde luego ese pequeño diálogo pasará a la Historia sólo por lo que representa. Después de tanto esperar nos llega el último (esperemos) episodio de la saga (en realidad el tercero). Habiéndonos dejado un amargo sabor de boca, en cuanto en calidad, con los dos episodios anteriores, las cosas aquí no mejoran demasiado, quizás un pelín. Sin lugar a dudas es la película más oscura de la saga, y sorprendentemente la menos chistosa, algo inusual en el último cine de Lucas. El entretenimiento es mayúsculo, a pesar de un arranque flojo (Cecil B. DeMille decía que toda película debía empezar con un terremoto, y de ahí para arriba); la segunda mitad es la que guarda los mejores momentos, pero aún así le sigue faltando la emoción de la trilogía original, no me lo paso en grande con las batallas espaciales ni con los duelos de sable láser, muy mareantes en esta entrega (el mejor el de Yoda con el Emperador).

El exceso de efectos digitales que sobrellenan la pantalla es recompensado por el ritmo con el que Lucas dota la historia a pesar de la falta de momentos "fuertes". Fíjense en muchísimos detalles y guiños que al espectador llano se le escaparán, o como el que iba conmigo, que decía que John Williams no había compuesto música nueva, demostración palpable de que no ha escuchado un disco entero del maestro, o de que no se lava bien y por eso el oído lo tiene hecho una verdadera mierda. Por cierto, la aparición de Chewbacca es una tomadura de pelo, y salvo por algún pequeño detalle la película encaja perfectamente con aquella obra maestra de 1977 y que empezaba con la frase de "Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana..." Nota:7´5