'Declaradme Culpable', de Sidney Lumet
Es increíble como Sidney Lumet, a sus 81 años sigue haciendo películas como si nada. A pesar de que no había hecho ninguna para el cine desde el 99 con 'Gloria', remake del film de Cassavettes, ya tiene otra en preproducción, y se ha confirmado el rodaje de una segunda, la cual promete mucho, ya que está basada en una novela de James Jones, el mismo que inspiró films como 'De Aquí a la Eternidad' o 'La Delgada Línea Roja'.
Con 'Declaradme Culpable' vuelve a sus inicios, los cuales casi nunca abandonó: las películas de juicios, ésas que tanto gustan al público, y en las que Lumet ha demostrado saber moverse como pez en el agua, y si no miren su magnífica ópera prima 'Doce Hombres sin Piedad'. Aquí narra una historia basada en hechos reales, concretamente los que protagonizó Jack DiNorscio, un gangster que decidió defenderse a sí mismo en el juicio contra la Mafia más largo de toda la historia de los Estados Unidos.
Para interpretar tal personaje Lumet ha contado con alguien impensable en su filmografía, Vin Diesel, en una de las operaciones más inteligentes que he visto: Diesel decide hacer un papel importante como actor, para que el público le tome en serio, y veamos que lo puede hacer bien. Y así nos va preparando para su primera película como director, 'Hannibal', la cual es una incógnita, porque no se sabe lo que saldrá de ahí.
Decir que Diesel sorprende por su eficacia en el personaje, imprimiéndole el carácter necesario, con las dosis justas de ternura, y como no, de dureza. No es que haga una interpretación impresionante que te deje clavado a la butaca, pero desde luego demuestra que puede ser un actor. Evidentemente detrás de la cámara está alguien que sabe dirigir muy bien a los actores. Tampoco digo con esto que sea mérito de Lumet, porque de donde no hay no se puede sacar. Y creo que en Diesel hay. Este film lo corrobora. Eso sí, el maquillaje no le favorece nada.
El resto de actores pues están todos bastante bien, sobre todo Peter Dinklage, quien interpreta a un abogado defensor que le da algunos consejos al protagonista. Sus intervenciones en el juicio son de lo mejor. Ron Silver hace de juez, y lo hace muy convincentemente. También sale la morbosa Annabella Sciorra en una pequeña escena, robándole protagonismo a Diesel, cosa no muy difícil para una estupenda actriz. Sólo Linus Roache parece desentonar un poco en el conjunto, ya que interpreta al fiscal del distrito, digamos el malo de la película, y está un poco histriónico.
Y he ahí lo curioso, que el malo de la película sea alguien que realmente fue el bueno en la vida real, ya que no olvidemos que se está juzgando a un mafioso. Lo que ocurre es que el film, al poner de protagonista a un personaje como el de Diesel y que cae simpático al espectador, inclina la balanza hacia un personaje que tal vez debía de estar retratado de otra forma. Digamos que el enfoque de la película no es el adecuado. No es nada exagerado. Pero para mí aquí está uno de los defectos del film. Lumet intenta demostrar que el juicio fue una pantomina, una guasa, y al hacer simpático al personaje se pasa un pelín de la raya, con lo que la denuncia le queda corta. Algo más de mala leche, o de la dureza que le caracterizó en los años 70 no le hubiera venido nada mal.
No obstante estamos ante un film bastante entretenido, su mayor acierto, cuyo ritmo nunca decae, aunque sepamos de antemano lo que va a ocurrir en cada momento. No está entre lo mejor de Lumet, tampoco entre lo peor, pero aunque demuestra que sigue narrando estupendamente, no ha querido arriesgarse y ha optado por lo fácil, que con su experiencia no le ha sido difícil tomar ese camino con profesionalidad. Tal vez a su edad no está para ciertos trotes, quién sabe. Pasable.
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