maeloCinema, blog by Red Stovall

en la oscuridad de una sala de cine nos encontraremos en otros lugares, otras historias, otros sueños...

lunes, mayo 08, 2006

'El Verano de Kikujiro', de Takeshi Kitano

Tengo que reconocer que casi todo lo que había visto de este famoso director, Kitano, me había parecido horroroso, desde la insoportable 'Dolls' hasta la insulsa 'Hana-Bi', pasando por algunas más cuyos títulos no me apetece recordar por aquello de no malgastar mi precioso tiempo. Caundo vi 'Zatoichi', cosa que hice muy a disgusto, me llevé una sorpresa, ya que ese film no me desagradó, y aunque no me parece una maravilla, me lo pasé bien. Pero ahí me quedé, el recuerdo de los otros espantos hacían que yo no le volviese a da una nueva oportunidad a un director que me había hecho pasar muy malos momentos. Sin embargo, mi gran colega bloggero Chico Viejo, gracias a nuestro famoso duelo y también a que sabe insistirme de forma inteligente para que vea ciertas películas, logró que viera 'El Verano de Kikujiro', una de las películas que más me he resisitido a ver, debido a estúpidos prejuicios que un servidor tenía.

En un primer visionado me quedé dormido a la media hora, pero no por la película en sí, sino porque estaba extramadamente cansado. De lo que había visto no quería opinar nada, ya que una película hay que verla entera para poder opinar con criterio. Días después y con ganas volví a cogerla desde el principio, como debe ser. No tolero ni aguanto a esos que ven las películas partidas, hoy media hora y mañana el resto. Así pues, a las dos horas de empezar, más o menos, llegué a la conclusión de que 'El Verando de Kikujiro' ha sido uno de los visionados más satisfactorios que he visto en los últimos años, por muchos diversos motivos.

Para empezar, y dado que a mí el señor Kitano no me suele gustar, me he llevado una completa sorpresa, tanto en su trabajo de dirección, como en su interpretación de un personaje sencillamente maravilloso. Nunca he negado que este señor tiene una forma muy característica de interpretar, y puede que haya mucha gente que no conecte con esa forma, me consta. Sin embargo, aquí está que se sale. Su personaje es de los que no se olvidan, aunque en un principio resulte un poco extraña la forma en la que se introduce en la historia, luego se le termina cogiendo cariño.

El film narra la amistad que surge entre un niño que no tiene a nadie en el mundo, y que cuando llegan las vacaciones de verano, a parte de aburrirse soberanamente, se siente enormemente solo. Entrará en escena Kikujiro, amigo de la familia que le ayudará a buscar a su madre, en un viaje en el que se irán conociendo poco a poco, y se convertirá en toda una odisea para el niño. Algo que nunca podrá olvidar.

En esa relación está el mayor acierto del film. Una relación que demuestra que hay gente que tiene una enorme valía no sólo por lo que son, sino por cómo hacen ver las cosas para que uno siempre se sienta bien. Algo muy remarcado en el personaje de Kitano, eje central de la historia y del que prácticamente se ramifican todos los demás personajes, algunos de ellos muy estrafalarios la verdad, pero que no dejan de tener su encanto.

Kitanto consigue un perfecto equilibrio entre realidad y fantasía, sin cargar demasiado las tintas en el segundo punto, aunque por momentos algunas escenas oníricas estén de más por demasiado evidentes. Salvo quizá la última, que por lógica es la mejor. Una escena que representa maravillosamente cómo un niño puede llegar a ver ciertas cosas. Kitano le brinda en bandeja una representación de lo que en ese momento son sus héroes. Los héroes que todos hemos tenido cuando una vez fuímos niños.

En el trabajo interpretativo evidentemente sobresalen sus dos protagonistas principales, Takeshi Kitano, y Yusuke Sekiguchi que interpreta a un niño, y para mi asombro no está inaguantable, que es como suelen estar la mayoría de los niños en el cine. Éste está sencillamente perfecto en su papel.

La historia podría haber caído perfectamente en la sensiblería más descarada, ya que se presta a ello. Sin embargo, Kitano rehuye totalmente de eso, aunque logra, eso sí, momentos muy emotivos, sobre todo el final, que tuve que ver dos veces por lo precioso que me resultó. Un final que para nada entra en los convencionalismos que estamos acostumbrados a ver. Un final glorioso que demuestra lo efímero que pueden ser las cosas más importantes de nuestras vidas, y cómo un persona puede marcar la diferencia entre sentirnos bien con nosotros mismos o caminar siempre con la cabeza baja. Maravilloso cierre a una gran pelíccula, que goza de una historia sencillamente maravillosa, unos personajes sencillamente encantadores, y sobre todo una banda sonora de Joe Hisaishi sencillamente impresionante, la cual apoya cada momento del film, hasta tal punto que es de esas banda sonoras que permanecen en el recuerdo y las sigues tarareando días después de ver la película. Magnífica.

7 Comments:

At 11:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

A mi con Kitano me pasa lo mismo. Brother me hizo roncar en el sofa, así que le cogí bastante manía pero justo El viaje de Kikujiro es de las pocas que me apetece ver, me la han recomendado encarecidamente como una gran película. Así q habrá q ponerse a ello

 
At 2:12 a. m., Blogger Dcine said...

Es una de las películas que tengo guardada en un lugar de mi corazón (por muy diversas razones que ahora no vienen a cuento).
He visto muchas de las películas de Kitano, y hasta Hanna-Bi (que a mi si que me gusto bastante) nunca me había fijado mucho en este excelente director (que no actor, precisamente).
Poco después tuve ocasión de ver El verano de Kikujiro en un festival en versión original y la verdad es que desde entonces vive en mi memoria de forma indeleble. De hecho incluso me compré la banda sonora (algo repetitiva y muy usada en promociones televisibas, pero que me encanta, no sé será que me escribieron así...).
Y si tengo que explicar la razón la verdad es que no lo tengo muy claro: por la entrañable relación que se crea de forma casi imperceptible entre un mafioso (nada menos que un jakuza) con un pobre niño que como marco va en busca de su madre y que emociona hasta al tipo más duro, quizás, por el esquinado y muchas veces desquiciado humor que destila toda la cinta (Los dos moteros, que son como el gordo y el flaco son tronchantes ), a lo mejor, por los extraños y realmente bellos insertos que se permite el kitano director con los angelitos de cristal, o fue porque hasta entonces nunca había intuido de forma tan clara la sensibilidad asiática (más bien japonesa) que tan pronto te muestra una escena entrañable como te hiela la sangre con una escena en la que le cortan a uno todos los dedos de la mano...(menos mal que esta cinta es bastante más suave y tranquila)
No lo sé, pero lo que si sé es que soy uno de los fans número uno de este amable relato y desde entonces he seguido muy de cerca la obra de Kitano (por cierto que no me gustó Zatoichi especialmente)

Un saludo,
(ucharé duramente por ganar el próximo concurso...)

Barry Collins

 
At 3:08 p. m., Blogger zinkiki said...

Kitano es el puto amo. El verano de Kikujiro es grandiosa, y como comentáis sales con la música de Hisaichi metida hasta las entrañas y no te la puedes quitar de encima.

Yo recuerdo que salí del cine contentísimo, vamos que andaba como flotando de alegría con esta película con tan buen rollo (y lo bien que lo transmite)

Hanna-Bi tambien me parece genial, pero está en el lado opuesto a Kikujiro, vamos que al final sale uno abrumado entre la belleza de esa escena final en la playa con la cometa y la "dureza" de la situación.

Personalmente creo que hay bastante paralelismo entre la relación entre Takeshi y su mujer en Hana-Bi y la relación de Takeshi con el niño en kikujiro.

Por otro lado Zatoichi también me gusta mucho, aunque sólo sea por la simpleza y brevedad de sus combates, por el númeo músical o por los slapsticks de algunos de sus personajes (impagable la escena en que el amigo de Zatoichi intenta dar clases de kungfú a tres chavales del pueblo)

saludos

 
At 6:20 p. m., Blogger Alberto Abuín said...

Yo antes cuando oía el nombre de Takeshi Kitano huía despavorido, pero gracias a esta película se ha gando mi respeto.

Zankiki, yo también me reí a gusto en esa escena que comentas de 'Zatoichi'.

Saludos.

 
At 6:34 p. m., Blogger Nelson, un habitante del patio said...

Hay que reconocer que Kitano no es de gusto masivo. En lo personal , su cine me encanta, y lo considero un de los directores más novedosos de los últimos tiempos.
Es un tipo de cine diferente , muy contemplativo, y por lo mismo puede no capturar la atención del espectador acostumbrado al clásico estilo hollywoodense.
Me gusta Kitano, pues considero que su cine no es una propuesta de cine arte o experimental, ni nada intelectualoide con delirios de grandeza. Las historias filmícas de Kitano son sencillas en esencia.
En forma adicional ,no debemos olvidar que están construídas a partir de una visión de la sociedad muy diferente a nuestra cultura occidental.
Aporvecho de felicitarte por tú sitio el cual leo con frecuencia.
Me he permitido colocar un link a él en mi blog:
http://cinedesdeelpatiotrasero.blogspot.com/

Saludos desde chile,

 
At 3:41 a. m., Blogger Alberto Abuín said...

Un placer nelson, ya conocía tu blog. Pronto pondré un enlace. Saludos.

 
At 1:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

Kitano me encanta, todo lo que ha hecho no sólo es digno de ser visto, sino estudiado. Nadie, repito nadie, es capaz de hacer con un film lo que Kitano consigue, y no me refiero a la poesía q este engendra en cada obra q hace, esa manera de representar la violencia, estática y siempre justa, sin transicciones, en plena poesía con sus personajes y sus situaciones. Sus bandas sonoras, casi simpre con Hisaishi Jo, junto a la fotografía ...en fin, me hago pajas a menudo.

Dice el q escribe el artículo q al personaje de Kitano se le coje cariño en "Kikujiro No Natsu", a pesar de ser este un yakuzza, como si esto fuera una novedad. Precisamente lo que tiene Kitano es que a pesar de que sea quien sea el personaje que interpreta, por muy pocos escrúpulos que este tenga, y por muy mala o buena persona q sea, siempre se le cojerá cariño, pues todos vemos a través de él gracias al talento de este director (no sólo de él sino de la mayoría de sus personajes secundarios, por eso a Kitano le sobran las palabras en sus películas, sólo utiliza lo justo (ni eso). Nos enseña q para entender a un personaje no necesitamos sus argumentos ni una gran actuación. El talento para comunicar se tiene o no se tiene.

Podría hablar de Kitano sin parar, pues me encanta, sin embargo recomiendo a todo aquel que duda de su talento, se siente un día a ver una película Takeshi, tranquilamente sin esperar nada, y q luego diga como se queda uno tras uno de sus visionados: Hana-Bi, Dolls o Sonatine son simplemente obras maestras.

Saludos.

 

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