La alegría de Kusturica

"LA VIDA ES UN MILAGRO"
A Emir Kusturica siempre le ha gustado impregnar sus películas de una radiante alegría, a veces contagiosa, a veces no. Creo sinceramente que esa alegría le viene del hecho de ser músico, por cierto un excelente músico, y creo que mucho mejor que cineasta. Nos tiene regalado momentos inolvidables y maravillosos acompañado de su buen amigo Goran Bregovic, otro extraordinario músico, interpretando música balcánica, por cierto una música que enamora, por lo menos a mí.

El problema es que, en esta película al señor Kusturica, le gustan demasiado sus personajes, y dicho sea de paso, son todos encantadores y muy humanos, algo que el cine no acostumbra a retratar, y cuando lo hacen, se pasan de realistas.
Debido a ese enamoramiento de los personajes, la película está alargada en demasía y termina provocando el hastío hasta límites insospechados, a parte de que la resolución de la historia es más que previsible, una previsibilidad atacable precisamente por la excesiva duración del film.
Otro problema es que carga demasiado las tintas con las situaciones, las subraya demasiado, como si pensara que el espectador no fuera a darse cuenta de lo que sucede y de qué es lo que quiere decir el autor. A mí me satura en exceso.
Una pena, porque con un título tan bonito y esos personajes, se podría haber hecho un film grande. Floja.