¿Qué grande es el Cine?

"NINETTE"
Siempre he sentido simpatía por José Luís Garci. Dejando a un lado su pasión por el boxeo, siempre he envidiado su enorme sabiduría respecto al séptimo arte; sus primeras películas no son nada desdeñables (soy de los que considera VOLVER A EMPEZAR una obra maestra) y su programa de televisión, ya tan asiduo como el telediario, aunque supongo que ahora se están tomando un descanso, me ha parecido de los mejores programas que la televisión ha podido emitir, aun que sus contertulios a veces (muchas) se pierden con pedanterías que la mayoría de la gente no entiende. Lo que yo siempre he entendido es que el programa es para entendidos o apasadionados del cine, y no para gente con mentalidad de CRONICAS MARCIANAS. Pero ese es otro tema.
Últimamente, y aquí ya hablo de su cine, este señor parece anclado en los viejos tiempos, esos que ya no volverán.


Su enorme pasión por el cine clásico americano es de sobra conocida por la humanidad entera, pero aún así se empeña en recordárnoslo en cada película que hace. Como no, la película está llena de referencias a muchas películas famosas.
Esta vez le ha dado por adaptar dos obras de Miguel Mihura, por cierto, no se pierdan la especie de chiste que hace sobre la figura de Mihura al empezar el film que supongo, no será del agrado de todos. Y lo ha hecho de una forma acartonada, vieja y vetusta pasada completamente de moda. Y aquí hay un gran problema, porque otros directores son capaces de rodar cine al estilo clásico, pero Garci no, y claro, el resultado es poco menos que chirriante.
El reparto está lleno de sus amiguetes de siempre, Carlos Hipólito sigue teniendo la misma cara de bobo a la que nos ha acostumbrado. Y Elsa Pataky está bien...y además está bien. Que curioso, no es tan horrenda su interpretación como cabría esperar.


Es una película en la que no pasa prácticamente nada y termina por aburrir un poco entre otras cosas porque los personajes no paran de hablar. Otro defecto es sus enormes fallos de guión en cuanto a reacciones de esos personajes parlanchines que no son explicadas, y nos la meten en la historia porque sí.
Lo mejor sin duda, aparte de la música de Pablo Cervantes, de la cual no se abusa, son los secundarios todos ellos perfectamente comedidos y entrando y saliendo de la historia coherentemente, aunque el de Mar Regueras es un poco insulso. Floja.