maeloCinema, blog by Red Stovall

en la oscuridad de una sala de cine nos encontraremos en otros lugares, otras historias, otros sueños...

jueves, septiembre 01, 2005

Melodrama clásico

"CARRIE"
Después de mi último visionado tenía que reconciliarme con el cine inmediatamente, y elegí una película de William Wyler, el director de estilo sin estilo, una de las pocas que no había visto de su filmografía y a la que le tenía un poco de miedo, por culpa de su actriz protagonista.
El argumento gira en torno a un provinciana que llega a Chicago, a principios del siglo pasado, para ganarse la vida, enseguida y debido a su dulzura encontrará el amor entre dos hombres que la tratan como a una princesa (que es como hay que tratarlas pues eso es lo que son).
Este melodrama que sigue todas las reglas del cine clásico de aquella época, se rodó en 1951, tiene un enorme, pero enorme defecto llamado Jennifer Jones, una de las peores actrices jamás vistas estropeando siempre papeles que le quedaban grandes a sus limitadísimas dotes interpretativas; pero claro como era la mujer de David O. Selznick, que poco le faltó por producir en aquellos años, pues le llovían prácticamente todos los papeles que había. Realmente esta mujer era muy mala y en su mejor interpretación tuvieron que embadurnarla de negro.
Además, y por orden expresa de su marido, esta tía chupaba cámara como pocas, y la verdad, hace difícil el visionado de una película.
Por lo demás la película no tiene desperdicio, Wyler era de los grandes y aquí lo demuestra una vez más con su estilo inclasificable haciendo grande el Cine; si repasamos su filmografía nos podemos quedar con la boca abierta, por citar solo tres ejemplos dispares, este tío era capaz de rodar obras maestras como BRIGADA 21, BEN-HUR o LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA, y tan distintas entre sí.
También está en el film Laurence Olivier, en una interpretación absolutamente alucinante (Olivier aprendió a ser actor con Wyler), yo incluso diría que nunca estuvo mejor que en esta película, componiendo un personaje con una mezcla de seguridad en sí mismo y al mismo tiempo patético. Sus escenas finales son de quitarse el sombrero.
Por cierto, no confundir, con la magnífica película de Brian De Palma de idéntico título. Buena.

4 Comments:

At 4:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pues sí, la parte final, en concreto la escena del camerino y el monedero (no digo más), de varios sombreros.

 
At 4:45 p. m., Blogger Alberto Abuín said...

Esa, esa!!! impresionante!!!

 
At 4:57 p. m., Blogger Alberto Abuín said...

¿ramillete de violetas? ¿y no iría acompañado, querido Elias de una de esas tus historias por los siete mares conocidos, donde narras tus deventuras con el sexo contrario, amén de una poesía única en el mundo, siendo leida en todos lados? ¿la dirección de tremenda dama? Jamás!!!! mi honor de caballero se siente insultado, no compartiré jamás preciado botín, esos ojos, esos labios, aunque de actuar no tuviera ni idea, mejor!!!! no fingiría en el momento preciso.
A la tumba me acompañará tal secreto.

 
At 11:15 p. m., Blogger Augie March said...

El genial Dalí (me repito más que el ajo) decía en su no menos genial "Diario de un genio" que no era casualidad que él se llamara Salvador (no Pablo, como Picasso) y que su cuerpo fuera el primero de la península en ser bañado desnudo por el sol cada mañana.

También decía que no era casual que sus excrementos fueran idénticos a cuernos de rinoceronte, idea que luego elevaría al rango de epifanía pintando la encajera de Vermeer compuesta por cuernos de dicho animal.

¡¡Soy el divino Dalí!! - decía.

Quizá embriagado por el espíritu daliniano les contaré que anoche justamente vi Carrie (la de De Palma). ¡No es casualidad!

 

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