La americana y el inglés
"EL PRINCIPE Y LA CORISTA"
Ver juntos a dos intérpretes tan distintos como Marilyn Monroe y Laurence Olivier es, cuanto menos, curioso. Esto sucedía en 1957 cuando Olivier produjo y dirigió esta película, en la que una corista americana se enamora de un regente europeo en Londres, durante la coronación de Jorge V. Prácticamente toda la acción transcurre en interiores y Olivier sabe aprovechar los decorados que tiene a su alrededor, y con sutiles y elegantes movimientos de cámara logra, a veces, que el espectador se le escape la sensación de estar ante una obra de teatro, algo muy lógico si tenemos en cuenta la procedencia de Olivier. Aún así, éste tampoco puede evitar que la película sea bastante monótona.
Su mayor atractivo reside en el enfrentamiento interpretativo de Marilyn Monroe y Laurence Olivier. Por un lado, ella, americana al 100%, explotando, una vez más, su imagen de prototipo de niña tonta (probablemente, por culpa de ella el dicho de que todas las rubias son tontas se hizo enormemente popular); su ingenuidad y sensualidad chocan de frente con el manierismo de él, inglés al 100%, en una interpretación cuidada, con un trabajado acento, un personaje casi shakesperiano (algo muy comprensible siendo Laurence Olivier).
Por una vez, y a disgusto mío, Marilyn Monroe se "come" a Olivier en una película que no está entre las mejores de los dos.
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