maeloCinema, blog by Red Stovall

en la oscuridad de una sala de cine nos encontraremos en otros lugares, otras historias, otros sueños...

sábado, septiembre 10, 2005

El hombre que no se dejó tumbar

"CINDERELLA MAN"
Esta película fue pensada en su momento para resultar un éxito de taquilla y, a ser posible, triunfar de cara a los Oscar. Un productor avispado (Brian Grazer) decide hacer el siguiente cóctel: coge un hecho real (las películas con la etiqueta de "basada en una historia real" suelen tener bastante aceptación) y le manda guionizarlo, entre otros, a un guionista de prestigio (Akiva Goldsman), le da las riendas a uno de los niños mimados de Hollywood con un buen número de éxitos a sus espaldas (Ron Howard), se rodea de un equipo técnico de primera, y por último escoge a un actor y una actriz de moda, ganadores de Oscar (Russell Crowe y Renée Zellweger) secundados por un actor que empieza a ser famoso (Paul Giamatti) y lo mete todo en una de esas historias de superación personal, con toques de melodrama y ya está. Con todo eso nadie dudaría de apostar fuerte por este film. Pues algo debe de estar cambiando en los gustos del público norteamericano, porque esta película se ha saldado con un fracaso comercial incomprensible, aunque no se ha dado el tremendo batacazo que se dieron LA ISLA o STEALTH, otras dos producciones pensadas, a priori, para triunfar. Cosas que pasan.
La película nos cuenta la historia de Jim Braddock, un boxeador que pasó de tenerlo todo a pasarlas verdaderamente canutas por culpa del crack de 1929, y de cómo se le presenta una segunda oportunidad de volver a ser alguien en la vida, y de paso, ayudar a tener esperanza a toda una nación.
El director nos cuenta todo con una enorme sencillez, sin alardes de ningún tipo, permitiéndose, eso sí, algunos pequeños juegos con el montaje, sobre todo en las escenas de boxeo. Dota al film de un clasicismo que pocas veces se ha visto en películas suyas anteriores, aunque aquí era evidente, pues nos encontramos ante el típico film clásico americano con todas las de la ley. Un film típico, sí, pero que no aburre en ningún momento, y que, a pesar de ser previsible, consigue interesar de principio a fin, y a eso ayuda su excelente ritmo a lo largo de más de dos horas de proyección. Quizá esa previsibilidad juega un poco en su contra, pero nunca como para rechazar el film.
Su mejor baza es, indudablemente, su actor principal, un extraordinario Russell Crowe, que se merece cinco Oscars de golpe por este papel; sus gestos, miradas, poses, silencios, etc. son una lección de interpretación de alto nivel. Sin desvelar nada, hay una secuencia en la que su personaje tiene que rebajarse que es absolutamente antológica y logra transmitir al espectador como pocos, provocándole un nudo en la garganta e incluso lágrimas, en serio, increible.
Paul Giamatti tampoco se queda atrás y realiza un papel entrañable de amigo de Braddock, que siempre cree en él por muy mal que vayan las cosas (pocos amigos hay así). De hecho, las conversaciones entre ambos, en cualquier tipo de contexto, son de lo mejor del film.
En cambio Renée Zellweger ya no da tanto la talla; no sé qué le ha pasado a esta actriz, pero últimamente a mí no me está gustando nada, siempre gesticulando y poniendo caretas, rayando la insoportabilidad.
Nos encontramos ante un film como los de antes, donde los buenos son muy buenos y los malos muy malos, quizás en estos últimos cargan demasiado las tintas, pero tampoco pasa nada, el film, que no pretende ser una obra maestra, está realizado con gran corrección en todos sus apartados (especial mención a la música, de un inconmensurable Thomas Newman; a la dirección artística, que parece realmente el Nueva York de 1933; y a la fotografía, de Salvatore Totino), y se ve con mucho agrado, incluso con emoción: en el combate final dan ganas de ponerse en pie para gritar el nombre de Braddock. Buena.

1 Comments:

At 12:10 p. m., Blogger Unknown said...

pues mira, si tenía ganas de verla ahora con esta crítica tengo más ganas...

la verdad es que según parece los americanos hay más fracasos porque la gente ya va menos al cine...
al menos eso he oido...

bueno, ya pondré el post correspondiente cuando la haya visto (en V.O., por supuesto) :P

 

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