En la pasada ceremonia de los Globos de Oro, cuando
Clint Eastwood entregó a
Ang Lee el premio al mejor director del año, éste le hizo una reverencia y le besó la mano.

Indudablemente, una muestra de admiración hacia el último clásico vivo que le queda a Hollywood. Antes de ver la película, varios amigos me dijeron que si en vez de poner
Directed By Ang Lee, hubiera puesto
Directed By Clint Eastwood, se lo hubieran creído. Cuando vi la película, yo también pensé lo mismo, no sólo al final, si no mientras la veía. Lee, director enormemente moderno (sus anteriores films lo demuestran) nos ofrece una gran obra de gran aroma clásico, y
como dice un compañero mío en Blogdecine, eso es algo muy difícil de ver en los tiempos que corren.
Verano de 1963.
Jack y
Ennis son dos vaqueros que aceptan trabajar juntos cuidando ovejas durante unos meses en la montaña de Brokeback. Atraídos el uno por el otro, descubrirán que ese encuentro les marcará el resto de sus vidas, ante la imposibilidad de destapar públicamente un amor que tienen que llevar en secreto.
Con reminiscencias del cine clásico, y claras referencias a
'Los Puentes de Madison', Lee nos ofrece una típca historia de amor de forma serena, tranquila, grande, realista, sublime, única. Nos conduce por los caminos de la comprensión, la intolerancia, los deseos ocultos, la aceptación, el perdón, y lo hace como si se tratara de una relación heterosexual entre un hombre y una mujer, tratando con muchísima sensibilidad el amor entre dos hombres, que si nos ponemos quisquillosos,
no podemos decir que son gays, si no bisexuales.
Lee demuestra una gran inteligencia en dirigir su película no sólo a una audiencia gay, si no a todo tipo de público, con ese tratamiento de historia de amor universal; y como todas las grandes historias de amor, trágica, enormemente trágica. Y, en este caso, muy, muy triste. Uno sale del cine poco menos que hecho polvo.

El director marca parte de la acción en medio de los bellos paisajes de
Wyoming, y he aquí otra referencia a los clásicos, concretamente a
Anthony Mann, quien era un maestro en utilizar grandes paisajes, y convertirlos en un personaje más,y si no, véase cualquiera de los westerns que hizo con
James Stewart.
El ritmo pausado de la historia entronca directamente con lo que el espectador actual está acostumbrado a ver. Pero nos sirve para ir adentrándonos poco a poco en la historia, para saborearla, para disfrutarla, para ser testigos de los actos de unos personajes, cuyo amor ha quedado marcado con fuego en sus almas.
Unos personajes interpretados por dos actores que está extraordinarios.
Jake Gyllenhaal, cada vez más prolífico, ofrece su segunda gran interpretación del año, después de
'Jarhead'. Interpreta a Jack, un hombre seguro de sus sentimientos, pero que tiene que llevar en secreto su condición homosexual, debido a los estúpidos prejuicios de una estúpida sociedad. Memorables dos momentos, unos en el que Ennis se desnuda detrás de él, y otro, que sucede en flasback, y es uno de los más hermosos de la película. Impagables las expresiones de Gyllenhaal en esos momentos. Y si este actor está impresionante,
Heath Ledger está más impresionante todavía. Siempre he dicho que Ledger era mejor actor de lo que aparentaba, pero es que aquí lo demuestra con creces, en una de esas interpretaciones históricas de un personaje memorable,
Ennis Del Mar, que quizá tenga un poco más de peso en la historia que el de Jack, un hombre lleno de dudas, con muchísima rabia en su interior por no atreverse a declarar públicamente su desesperado amor por otro hombre, pero sí poder

expresar con claridad el enorme amor que profesa hacia sus dos hijas, de las que se siente muy orgulloso. La forma en la que Ledger expresa el dolor contenido, el deseo reprimido, sus miradas perdidas, su angustia y sus poquísimas alegrías, son una demostración grandísima de un enorme talento, o sea, está de Oscar, y justamente será nominado, aunque mucho me temo que
Philip Seymour Hoffman le quitará el premio.
El resto del reparto también está a la altura,empezando por
Michelle Williams, pareja en la vida real de Ledger, extraordinaria en su papel de mujer sufridora y temerosa.
Anne Hathaway, a quien es raro verla en una película de estas características, en el papel de mujer de Jack, verdaderamente enamorada de él, y donde la actriz demuestra precisamente que puede ser actriz. También se deja ver un eterno secundario, como
Randy Quaid, en el papel de uno de esos tipos a los que gustosamente uno le partiría la cara.
Un reparto excepcional, una dirección magistral (
Lee logra su mejor película), una historia de las que dejan huella y emocionan (
es difícil reprimir las lágrimas en su durísima media hora final) ¿se le puede pedir algo más al Cine? Habrá gente que la tache de políticamente correcta en plan despectivo, o la rechaze porque dos hombres echan un polvo. Bueno, todos tenemos derecho a ser imbéciles. Una película para la posteridad.
Magistral.