Los Molly Maguires
"ODIO EN LAS ENTRAÑAS"
Dirigida en 1970 por Martin Ritt, un director que lo mismo hacía una gran película (HUD), como un coñazo insoportable (UN HOMBRE), narra las vicisitudes de un pueblo minero de principios del siglo pasado en Pensilvania, y de cómo un pequeño grupo de hombres (los Molly Maguires) protestan de diversas formas contra la explotación de los trabajadores; esas formas no excluyen ni el boicoteo ni el asesinato. Así pues, las connotaciones políticas de la película no son pocas, pero afortunadamente, el director no se centra en eso y pretende contar un historia humana, y de paso, meter una pinceladas de denuncia.

Está interpretada, en sus principales papeles por Sean Connery, quitándose de encima, por aquella época su imagen de James Bond, y es quizá el único 007 que lo ha conseguido. Su papel es el de jefe de los Molly Maguires, un hombre rudo con corazón. Ni que decir tiene que Connery es uno de los grandes, y que su sola presencia llena la pantalla.
También sale Richard Harris, de enorme popularidad en aquellos años gracias a UN HOMBRE LLAMADO CABALLO, y que aquí interpreta a un recién llegado al pueblo minero que busca el anonimato debido a un turbio pasado. Está sencillamente sensacional, y eso que Harris nunca fue un actor de mi agrado.
Entre estos dos personajes se establece el eje central del film, de cómo su relación va avanzando hasta llegar a una amistad, y de cómo se confrontan distintos intereses.
Quizás el film sea demasiado largo, hay escenas descriptivas eternas, y por partes cae en el tedio más absoluto. Pero hay algunos momentos, pocos, que son pura poesía gracias al buen hacer de Ritt y a la utilización de una extraordinaria banda sonora del gran Henry Mancini. Pasable.